Aprecio
A veces sentimos en la felicidad de los demás
nuestra propia felicidad.
Basta tener enfrente una simple sonrisa, una carcajada, brillo en los ojos o un colorete bien puesto para sentir que somos nosotros los dichosos. Basta oír un tono de voz chispeante. Ver como alguien intenta ser mejor y ese esfuerzo ajeno te llena de orgullo...
"A complicado no me ganas,
y en cualquier momento te lo demuestro..."
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1 comentario:
Pues sí que tenías una voz chispeante, sí. Je je.
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