29 enero, 2008

Donde la piel no alcanza







¿Quién puñetas puede atreverse a decidir lo que yo he sentido?

¿Quién te crees para pensar que no lo he vivido?

¿Con qué descaro presentas muros labrados, eternidades equivocadas y vientos malintencionados, si ni siquiera ha abierto el teatro?



Cerrado. ETERNAMENTE.



Vivir como si nada. ¿Como si nada? Insolente.



Si algunos de los mejores momentos de la vida son errores, algunos de los peores son aciertos.
Ríete del sueño eterno, del mayor después y sus guadañas, y el santo remedio.


Y no cambia lo vivido y para cada cual se queda. Lo mío guardado y encerrado porque ya no quiero contarlo. Lo mejor y lo peor, la vida, en la tormenta que hay por corazón.


Ojalá pudiera ser tu amante, pero éste ya no siente, y cuando siente se equivoca y de equivocarse menos siente.



¿Cómo puede herir un moribundo?
¿Cómo puede tener clave un corazón, si no hay corazón?
¿Quién dice que no valoro lo que ofreciste? Ignorante.



Verdades calladas valen más que habladas.
Verdades para romper 100 universos y ganas no me faltan para alguno de ellos.



Callo, luego existo.




¿Merecerme, yo? Todos tus deseos fueron realidad. Tiempo ha. Relee y revienta, que yo recuerdo y revivo.



Córdoba entiérrame.
Hoy mismo, en la Hoguera.
Sin faroles esta vez.


En qué pienso y he pensado, ni imaginas ni sabrás. De eso se encarga mi primera persona.



De recordar el día que no en lugar de los años que sí, alguién habrá, como quienes a las catacumbas fueron y sólo dos subieron.



Pagar vidas. ¿Tienes idea de lo que cuesta una? Ponle el mayor precio que amanezco sin nada, y con todo.

Otros que guarden para comprar otro alfabeto, que si de llenar silencios se trata ahora viene el desierto.


Maldad me falta para desear que de lo que has vivido nada hubieras aprendido. Que todo lo que has sentido hubiese sido engaño, y que mañana cuando vuelvas ni una llave de magia y guante te esperase.


Pero sabes que siempre estará lo que siempre te dije que estaría, porque entre todos los que certeramente te amen, no habrá ninguno que aun sin yo hacerlo, te mire con los ojos con los que te he podido ver crecer todo este tiempo.





Y si pirata soy, honor tengo.

No me queda más.







Córdoba, Enero de 2008

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