Cumpleaños

Personalmente, no encuentro motivos para quitarme años.
¿Cuál me quitaría? ¿El año que aprendí a andar? ¿El que me enamoré por primera vez? ¿Los días que descubrí que los colores son más que el reflejo o absorción de unos rayos de luz?
No podría borrar el año que comencé a ser primo, ni primo padrino. Ni el que empecé a conocer los entresijos de varios angelitos, algunos junto a cierta explanada.
Mucho menos el que aprendí a levantarme aun sabiendo que en algún momento volvería a caer. Los de un deporte y una manera de entender el camino, el del inicio de amistades para toda una vida...
No podría quitar ningún año. Y si en este último las emociones todavía se me desparraman entre los dedos, han sido tan vivas, tan mías... que no las cambio. No podría dejarle a nadie todo lo que sentí. Ni dejarlo abandonado en el paseo de la vida.
A mí, ponedme todas las velas. Por favor.
**
No hay comentarios:
Publicar un comentario