Complicar lo insignificante

Qué simple es complicar lo insignificante
y qué insignificante es lo complicado cuando se simplifica

Fácil es leerlo y darle la razón, y todas las razones, a ese puñado de letras tan bien conjuntadas. Verlas y entenderlas con una claridad tan absoluta como contundente.

Pero qué difícil se nos hace cuando nos toca de lleno.

Últimamente no sólo recuerdo estas palabras

sino que me las encuentro en la inquietud

de un no saber

por parte de cada esquina de mi rededor.

Allá donde las dejo rodar,

allá que se apropian de ellas.

Para un consejo, para un saber,

para un decir o un escribir...

Pero no hay manera de tallarlas

en el marmol de nuestra conciencia

**