02 mayo, 2007

Verdad y sinceridad


Han sido varias las desilusiones al descubrir la verdad. Algunas veces me ha llevado a sentirme defraudado. Otras incómodo. La mayoría desconfiado.

- Te apetece decir que aquí me quedo yo. Que quien quiera algo que me abra el pecho y rebusque. Y que ojalá llegase alguien que te arrancara el corazón y dijese: este es para mí y te lo cuido yo -

Por ello últimamente (últimamente seguramente se refiera a varios años atras) quizás haya rogado en exceso, esa sinceridad. La cual no creo que me hayan negado.

Ahora bien: ¿de cuanta verdad somos capaces?

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2 comentarios:

Cris Lago dijo...

Uf, frágil tema ese de la verdad.Creo que hay veces que creemos que somos los suficientemente fuertes para aguantar un aluvión de piedras, flechas y balas, y no es así.Por lo visto debajo del pecho aunque no se vea y en ocasiones ni se sienta, tenemos una cajita que guarda recuerdos que creimos ya olvidados y cuando alguien la abre, se corre el peligro de que salgan y empiecen a disparatarse por ahi.Dicen que ojos que no ven corazon que no siente, pero la cajita debe tener ojos o algo peor porque al final se entera de toda la verdad y explota sin pensar en efectos secundarios.

Se podría abrir un gran debate sobre tu pregunta.

Muak

Anónimo dijo...

¿No te ha pasado nunca que has visto a un lobo enorme con dientes afilados, pero que cuando has mirado sus garras para protegerte, sólo has visto las patitas de un corderito que, asustado y desconfiado, no se quita el disfraz de bestia?

Somos capaces de toda la verdad que queramos si, realmente, estamos dispuestos a salir heridos de un zarpazo para comprobar si el difraz era finalmente eso, un mero escudo.


Yo, soy completamente capaz. Pero no todos lo somos.